La Iglesia y Yo

Voy a romper con la rutina para quejarme.
Ya ven, soy una persona positiva, y generalmente soy educada, pero voy a dejar de lado eso ahora.
En este tema no voy a dudar en decir exactamente lo que pienso sin preocupaciones...

Quiero parar ahora para decirle a todos aquellos que sean religiosos, o que no tomen bien las críticas que elijan entre que los mande a no leer esto o que los mande a la mierda, así que si me van a insultar en los comentarios, absténganse, que requiere dos clicks eliminarlos del blog y menos que eso eliminarlos de mi cabeza.

Detesto a la gente religiosa. Los detesto con toda el alma y el corazón. No creo en Dios, eso lo saben muchos de los que me conocen, pero no es algo d elo que hable a no ser que me o pregunten porque me gusta ser educada y no hay nada que me saque más que malditos religiosos tratando de convertirme. En realidad hay un par de otras cosas que me sacan aún más que eso, una de ellas son los homofóbicos y los racistas, pero generalmente los homofóbicos son religiosos o gays en negación. En todo caso, la gente religiosa es la que más me enferma.

Por qué? La Iglesia y sus afiliados, las religiones en cualquiera de sus tipos y en todas sus sucursales no son más que un negocio. Engañan a la gente, no se adaptan al mundo, y a la mayoría sólo le interesa el dinero.
Ni siquiera el más religioso tiene la más mínima prueba de que lo que él o ella "cree" es cierto. Sin embargo, son capaces de matar a millones de personas por pensar lo contrario. Si Dios lo dice, vale.
Los religiosos...los religiosos adaptan las enseñanzas de sus religiones a sus conveniencias. "No matarás", claro, se aplica siempre que no se trate de médicos abortistas, judíos y etc. "Amarás a tu prójimo", claro, lo que el mundo no sabe es que parece que Jesús dijo después "a no ser que sea homosexual, de otra religión o que simplemente piense distinto que tú".  
Viva la hipocresía, la intolerancia y la discriminación, los primeros tres mandamientos de todas las religiones del mundo!!!!
Alguien muy sabio me dijo una vez "las religiones son populares porque te dan respuestas gratis", es una de las cosas mas ciertas que escuché. Creer en Dios, me parece hermoso. Seguir a una religión es de débiles. Creer en Dios es de gente positiva. Seguir a una religión es de cómodos. Creer en Dios es creer que hay algo más, peor seguir ciegamente a una religión  es seguir a los hombres, y me encanta a donde nos están llevando.
Lo que menos necesitamos en este mundo ahora es que las personas se separen las unas de las otras por que su religión los alimenta con intolerancia y odio disfrazados de promesas y fe. Eso no es fe. Eso es mentira.
La única esperanza que tengo para este mundo es que la gente piense por si misma, que se sienten y razonen las cosas, en lugar de actuar como autómatas según los preceptos que "Dios escribió".
No me cabe en la cabeza que las mismas personas que hablan de los planes de Dios y de la fe y de amarnos y respetarnos, después hablen de clonación y de células madre como si entendieran lo que significa o lo que implica. No, simplemente porque su pastor, padre, o predicador que tiene su propia agenda política les dijo que va contra Dios y por lo tanto, merece su desprecio.
Bueno aquí les va una noticia, el mundo le pertenece al hombre y la moralidad o inmoralidad de los actos del hombre deben ser juzgados por el hombre y nada más, ya es hora de que levanten el trasero de sus bancos de iglesia y despeguen los ojos de sus Textos Sagrados para que empiecen a ver el mundo.
No me tomen a mal, soy una persona religiosa, se podría decir, sigo las enseñanzas de Buda y estoy totalmente de acuerdo con Jesus en todo.  Sin embargo, ellos no piensan por mi, yo tengo m,is propios conceptos y muy firmes convicciones que simplemente coinciden con las de ellos.
Igual es para mucha gente religiosa que conozco y admiro, como mi madre, que es el balance perfecto entre religión y sentido común.
Creo que es hora de que dejemos de lado lo que Dios opina o lo que los hombres dicen que Dios opina, y emepcemos a preguntarnos.... y yo, qué opino?